El psiquiatra Alejandro Martínez, sobre calmar la ansiedad: "Es un botón de reinicio que tiene tu cuerpo y funciona"
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Alejandro Martínez Rico, psiquiatra nominado a Mejor Psiquiatra de España, ha compartido en su cuenta de Instagram un truco que, según explica, puede ayudar a calmar la ansiedad en cuestión de segundos. Su propuesta no requiere medicación ni herramientas complejas, tan solo un poco de hielo y unos minutos de tiempo. El especialista lo define como uno de sus “métodos preferidos” y asegura que lo recomienda a muchos de sus pacientes.
“Es un botón de reinicio que tiene tu cuerpo para calmarse en tan solo unos segundos”, afirma en el vídeo, que se ha viralizado rápidamente entre usuarios que buscan soluciones naturales para frenar los síntomas de un ataque de ansiedad. El truco, explica, consiste en aplicar hielo en el cuello mientras se realizan respiraciones profundas. A pesar de que pueda parecer demasiado simple para ser efectivo, el psiquiatra asegura que funciona gracias a un mecanismo corporal poco conocido: el reflejo de inmersión.
Este reflejo forma parte del sistema nervioso autónomo y se activa cuando el rostro entra en contacto con agua fría o hielo. Es el mismo reflejo que entra en juego cuando alguien se sumerge en agua muy fría. Su activación produce un efecto fisiológico inmediato: el cuerpo reduce la frecuencia cardíaca y la respiración se ralentiza, lo que lleva a una sensación de calma. “Funciona porque estás activando tu sistema nervioso parasimpático”, explica Martínez en el vídeo.
Pero el truco no solo tiene una base fisiológica. También influye en la parte psicológica de la ansiedad. Según detalla el psiquiatra, al centrar la atención en una sensación física intensa y real, como es el frío del hielo sobre la piel, “logramos cambiar el foco de atención de los pensamientos ansiosos a una sensación física y real, en el aquí y en el ahora”. De esta manera, se interrumpe el ciclo de pensamientos repetitivos que suele acompañar a los estados de ansiedad.
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En su publicación, Alejandro Martínez también ha querido dejar claro que este método no sustituye una terapia profesional ni es una cura definitiva para la ansiedad. “No es una solución a largo plazo, sino una herramienta para momentos puntuales”, advierte. A pesar de su eficacia inmediata en ciertos casos, subraya que debe ser vista como una técnica complementaria dentro de una estrategia más amplia de regulación emocional.
El llamado “reflejo de inmersión” se activa especialmente en situaciones de sobreestimulación. Por ello, Martínez recomienda su uso cuando la persona sienta que está a punto de tener un ataque de ansiedad, cuando necesite un reseteo fisiológico o quiera activar la respuesta de relajación. Además, señala que no funciona igual para todo el mundo: algunas personas pueden no notar grandes efectos, pero otras pueden encontrar en este gesto una herramienta valiosa para cortar el pánico.
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